CHAPTER 1
A Luna le gusta pintar. Utiliza
solo grises. Paisajes hermosos con diferentes gamas de grises. Va con su
caballete lo sitúa en algún claro del bosque y captura a la perfección en su
lienzo árboles, el rio, los pájaros…todo cabe en su lienzo con una simetría
perfecta. Como si su pequeño lienzo tuviese vida propia…
Aquella mañana mientras Lunita
estaba llegando a casa con su caballete y sus pinturas. Vio a su madre hablando
con su amiga Esperanza.
Una chica del pueblo un tanto
extraña que conoció su madre yendo a comprar hierbas medicinales al pueblo.
Esperanza era hermana de la
vendedora de hierbas y ella la ayudaba con cosas de la tienda hacía jabones,
metía las yerbas en bolsitas, ponía etiquetas en los productos.
Desde que se hizo amiga de la
mama de Lunita también la visitaba todos los viernes y la ayudaba con el jardín
de la casa.
Esperanza además echaba las
cartas a la gente del pueblo. Ella decía que ayudaba a mejorar el futuro de las
personas con sus predicciones.
Había personas en el pueblo que
incluso la dejaron de hablar porque ella contaba historias de que ella hablaba
de un oráculo que hay en el bosque. Y que la había dotado a ella con el don de
la predicción. Siempre mencionaba al oráculo del bosque y hablaba de su
sabiduría.
CHAPTER 2
La mama de Lunita la miraba con
ternura desde el jardín. Veía a Lunita leyendo un libro sentada entre las
flores. Una mariposa se posa en su hombro. De pronto el rostro de su madre
cambia recordando e invadiéndola la tristeza por todo su ser. Una nube gris se
aproxima hacía su casa avisando tormenta…y una lágrima cae por su rostro…
Entro en la casa para hacer el
bizcocho que hacia todos los viernes para tomarlo luego con Esperanza.
CHAPTER 3
Al día siguiente Sábado Lunita se
levantó pronto y lo primero que hizo fue asomarse a la ventana. El cielo seguía
gris. Eran los últimos días del verano que estaban siendo lluviosos.
Bajó la escalera y beso a su
madre en la cara.
Lunita tomó un vaso de agua y se
sentó en la silla como todos los días aguardando su desayuno. Solo que hoy era
un día especial. Era su cumpleaños y ni siquiera se acordaba. La madre la da un
sobre saca la tarjeta que hay en su interior. Tres monigotes aparecen en ella. Monigote
mama, monigote papa y monigote niña de la mano. Con un “te querremos siempre
Lunita. Feliz cumpleaños pequeña”.
Lunita se levanta corriendo
llorando de la mesa. Desde el suceso de su padre Lunita no había vuelto hablar.
Aunque la madre había visitado muchos médicos aunque la habían tratado muchos
doctores todos decían lo mismo. Ella no quiere hablar, la decían…
Hoy había cumplido 8 años.
CHAPTER 4
Aquella mañana si era soleada y a
diferencia de otras semanas Esperanza las visitó ese domingo.
La mama de Lunita las preparo un
té de hierbas que decía que sanaban el alma.
Y Esperanza como siempre contaba
historias sin parar del oráculo del bosque. Lunita las escuchaba con atención
mientras seguía dibujando en su blog. Ella había dibujado muchas veces aquella
chica que todos en el pueblo daban de lado porque decían que era extraña.
En todos los dibujos aparecía Esperanza
con un corazón enorme. Lunita la había titulado en sus dibujos como la chica
del corazón bonito.
CHAPTER 5
En la madrugada del lunes Lunita
no podía dormir. Una pesadilla la despertó. Tenía miedo. Siempre veía a su
padre como un monstruo con dos cabezas que se aproximaba a su madre y a ella.
Se levantó de la cama con idea de secarse el sudor con una toalla.
Bajo las escaleras de la casa.
Dio la luz del pasillo y sin hacer mucho ruido se calzo unas zapatillas y salió
a la calle. Ya en el jardín el aire soplaba levemente y notaba con intensidad
los olores de las flores y de las hierbas que plantaba su mama.
La luna estaba llena y daba una
luz que permitía ver con claridad. En medio de esa claridad Lunita camino.
Abrió la verja de su casa y salió de ella. Tomo el camino por el bosque.
Después de un tiempo andando por
el bosque perdió Lunita la noción de cuánto tiempo anduvo. Llegó a un lugar con
monolitos de piedras giraban en torno a un altar.
Entonces….¿ese sería el oráculo
del que tanto hablaba Esperanza? – se preguntó Lunita.
Aquella roca con forma de ojos y
boca gigante estaba ante ella. Lunita se sentó a escuchar sus pensamientos. Y
de pronto escuchó una voz.
-
¿Se puede saber qué hace aquí una niña como tú? –
dijo el oráculo.
-
Nada especial, llegue caminando. – contesto la
niña.
-
Todos vienen aquí porque quieren una respuesta
pero yo no puedo dártela – dijo medio gruñendo el oráculo – Nadie tiene tu
respuesta si es que vienes a formular una pregunta.
-
Mi padre nos hizo daño, nos abandonó – dijo la
niña.
-
Lo sé – dijo el oráculo. – pero yo no tengo
ninguna respuesta a eso- volvió a repetir el oráculo con firmeza.
De pronto se hizo un silencio
sepulcral. Seguido del silencio poco a poco lo que era una leve brisa se
convirtiendo un fuerte viento que arrastraba las hojas del suelo y revolvía con
fuerza el pelo de la niña. En ese momento una luz sale del pecho de Lunita. Una
hilera de luz verde se desprende y proyecta su pecho justo frente a ella y va
formando la luz una mujer con rasgos familiares y afines a Lunita. Ella misma se
da cuenta de que se trata de una proyección de ella pero adulta.
Lunita la mira relajadamente, la
observa y cierra los ojos y siente la brisa y de pronto se sucede un retroceso
como una cámara rápida se tratase que la sitúa dentro del vientre de su madre. Se
vio a si misma de pequeña correteando por la casa. Presenció todas las peleas
que hubo entre su padre y su madre. Se vio a si misma escondida detrás de la
puerta asustada. Aquella niña pequeña que no quería ir al colegio. Que no
quería hablar con otros niños porque le asustaban. Recuerda a su padre un día
que llega del colegio agitando bruscamente a su madre. Y de pronto se pone Luna
adulta delante de él y le dice:
-
Papa, no hagas eso. Eres una mala persona.
Quiero que te marches.… - Lunita abre los ojos y se ve ella misma de adulta…sujetando
con firmeza el puño de su padre. - Vete de aquí. No te tengo miedo. Yo no soy
una cobarde como tú. Deja en paz a mi madre…
El padre tiene intención de
golpear a Luna pero esta se evapora en el aire. Él entre protestas coge el
sombrero y se vuelve a mirar a la madre de Lunita que todavía está en cunclillas
temblorosa al lado de la puerta y se gira sobre sus pies y se marcha. La escena
desaparece. Luna adulta y lunita se que quedan abrazadas un buen rato.
-
Lunita cariño tienes que hablar. Tienes que
cerrar la herida. Tienes que perdonar. Ves como no tienes que estar asustada. No
te castigues, no te condenes….libera el dolor. Tienes que ser valiente….hay
muchas buenas personas que merecen la pena que te escuchen hablar.
Entonces Lunita articula un “gracias”
en voz alta con lentitud, entre sollozos y con la respiración entre cortada.
Luna adulta sonríe mientras que
su luz se une en un solo rayo de color verde que sube con intensidad hacia el
cielo.
Lunita queda allí sentada
repasando mentalmente lo sucedido. Observando cómo se siente y al ponerse de
pie está ligera como si se hubiera liberado de una carga.
CHAPTER 6
A la mañana siguiente Lunita se despertó
en su cama como siempre. El día era soleado. Se sentía llena de vitalidad. Se
cruzó con su madre por el pasillo. Corrió al desván cogió sus pinturas y su
blog….
Y pinto en colores un “Buenos días
mama” – mientras Lunita lo dijo en voz alta.
La madre llorando de alegría abrazó
a su hija.
Aquella niña había sido capaz de
coger al mayor enemigo que en realidad residía dentro de ella, que era su miedo
y su dolor y perdonarlo y transformarlo...
Desde entonces aquel jardín estuvo
siempre lleno de amigos.