martes, 27 de septiembre de 2016

CRUCE DE CAMINOS





Luna anduvo mucho tiempo, muchos días, muchos kilómetros…
Muchos ciclos de lunas y soles pasaron ante ella.
Ella cierra los ojos…
Y siente aquella brecha que rompió su vida y dividió su alma en dos.
Una parte camina sin más remedio hacia delante y la otra parte…
recorre incesante pasos hacia atrás. Todavía cierra los ojos y se encuentra con él…
Entre sus brazos. Siente vértigo si la suelta, como si hubiese un precipicio bajo sus pies
del que la pequeña Lunita tiene que ser salvada y está protegida con él…
Y no hay en el mundo nadie más que ellos dos…
Entonces siente que se regocija en su tristeza sin entender nada…
No quiere soltar las emociones, el dolor, la añoranza que le unen a él…
Todo fue después de irse su amor. Después de irse su Sol...
Ella caminó en la oscuridad durante mucho tiempo. Tuvo frío. Hambre y sed.
El aire dejo su piel quebrada y sus arrugas y cicatrices sin cerrar…
-----------------------------------------------------------------------------------------
En lo alto de la llanura se ven otras formas y se huele otro aire.
Lunita se para y respirar profundo. Hincha los pulmones. El aire baja a lo más hondo de su ser.
Su piel se eriza con los recuerdos, el pelo lo remueve el viento.
Entonces recuerda los dedos de Sol entre sus cabellos.
El viento pega su vestido al cuerpo
Y entonces vuelve a notar sus caricias. Como si estuviese allí…
Vuelve a cerrar sus ojos y ve sus manos. Siente sus abrazos y sus corazones
frente a frente latiendo…sintiendo su calor. Sintiéndose el uno al otro…
Mientras la brisa mueve los árboles.
De pronto nota sus pies cansados  y hace un alto en el camino.
Sus ojos sostienen su mirada triste y endurecida observando a lo lejos, en la llanura, hacia el infinito.
Luna camina un poco más y encuentra un cruce de caminos.
Hay un cartel con las letras borrosas que impide identificar los lugares que indica.
Luna se queda de pie. Paralizada un tiempo. Las palabras de Sol retumban en sus oídos, su voz….
Como si estuviese ahí con ella:
  -  Cariño, tienes que ser feliz… tienes que volver a ser tú misma. Ahora ya me debes dejar ir… - dijo Sol.
Y entonces recuerda lo que le contestó ella misma…
Adiós mi amor siempre estarás conmigo. – dijo Luna.

Entonces Luna se queda pensativa un tiempo. Mirando la encrucijada de caminos. Dudando que dirección tomar….levanta la vista…..busca el sol, su luz….su vida… Y decide caminar con el sol a su espalda. Que le da calor, está con ella y la guía…
Lunita mira hacia arriba y dice:
- Tu me guias por favor no te vayas...

miércoles, 24 de agosto de 2016

Viaje al interior del bosque




CHAPTER 1
A Luna le gusta pintar. Utiliza solo grises. Paisajes hermosos con diferentes gamas de grises. Va con su caballete lo sitúa en algún claro del bosque y captura a la perfección en su lienzo árboles, el rio, los pájaros…todo cabe en su lienzo con una simetría perfecta. Como si su pequeño lienzo tuviese vida propia…
Aquella mañana mientras Lunita estaba llegando a casa con su caballete y sus pinturas. Vio a su madre hablando con su amiga Esperanza.
Una chica del pueblo un tanto extraña que conoció su madre yendo a comprar hierbas medicinales al pueblo.
Esperanza era hermana de la vendedora de hierbas y ella la ayudaba con cosas de la tienda hacía jabones, metía las yerbas en bolsitas, ponía etiquetas en los productos.
Desde que se hizo amiga de la mama de Lunita también la visitaba todos los viernes y la ayudaba con el jardín de la casa.
Esperanza además echaba las cartas a la gente del pueblo. Ella decía que ayudaba a mejorar el futuro de las personas con sus predicciones.
Había personas en el pueblo que incluso la dejaron de hablar porque ella contaba historias de que ella hablaba de un oráculo que hay en el bosque. Y que la había dotado a ella con el don de la predicción. Siempre mencionaba al oráculo del bosque y hablaba de su sabiduría.
CHAPTER 2
La mama de Lunita la miraba con ternura desde el jardín. Veía a Lunita leyendo un libro sentada entre las flores. Una mariposa se posa en su hombro. De pronto el rostro de su madre cambia recordando e invadiéndola la tristeza por todo su ser. Una nube gris se aproxima hacía su casa avisando tormenta…y una lágrima cae por su rostro…
Entro en la casa para hacer el bizcocho que hacia todos los viernes para tomarlo luego con Esperanza.
CHAPTER 3
Al día siguiente Sábado Lunita se levantó pronto y lo primero que hizo fue asomarse a la ventana. El cielo seguía gris. Eran los últimos días del verano que estaban siendo lluviosos.
Bajó la escalera y beso a su madre en la cara.
Lunita tomó un vaso de agua y se sentó en la silla como todos los días aguardando su desayuno. Solo que hoy era un día especial. Era su cumpleaños y ni siquiera se acordaba. La madre la da un sobre saca la tarjeta que hay en su interior. Tres monigotes aparecen en ella. Monigote mama, monigote papa y monigote niña de la mano. Con un “te querremos siempre Lunita. Feliz cumpleaños pequeña”.
Lunita se levanta corriendo llorando de la mesa. Desde el suceso de su padre Lunita no había vuelto hablar. Aunque la madre había visitado muchos médicos aunque la habían tratado muchos doctores todos decían lo mismo. Ella no quiere hablar, la decían…
Hoy había cumplido 8 años.
CHAPTER 4
Aquella mañana si era soleada y a diferencia de otras semanas Esperanza las visitó ese domingo.
La mama de Lunita las preparo un té de hierbas que decía que sanaban el alma.
Y Esperanza como siempre contaba historias sin parar del oráculo del bosque. Lunita las escuchaba con atención mientras seguía dibujando en su blog. Ella había dibujado muchas veces aquella chica que todos en el pueblo daban de lado porque decían que era extraña.
En todos los dibujos aparecía Esperanza con un corazón enorme. Lunita la había titulado en sus dibujos como la chica del corazón bonito.
CHAPTER 5
En la madrugada del lunes Lunita no podía dormir. Una pesadilla la despertó. Tenía miedo. Siempre veía a su padre como un monstruo con dos cabezas que se aproximaba a su madre y a ella. Se levantó de la cama con idea de secarse el sudor con una toalla.
Bajo las escaleras de la casa. Dio la luz del pasillo y sin hacer mucho ruido se calzo unas zapatillas y salió a la calle. Ya en el jardín el aire soplaba levemente y notaba con intensidad los olores de las flores y de las hierbas que plantaba su mama.
La luna estaba llena y daba una luz que permitía ver con claridad. En medio de esa claridad Lunita camino. Abrió la verja de su casa y salió de ella. Tomo el camino por el bosque.
Después de un tiempo andando por el bosque perdió Lunita la noción de cuánto tiempo anduvo. Llegó a un lugar con monolitos de piedras giraban en torno a un altar.
Entonces….¿ese sería el oráculo del que tanto hablaba Esperanza? – se preguntó Lunita.
Aquella roca con forma de ojos y boca gigante estaba ante ella. Lunita se sentó a escuchar sus pensamientos. Y de pronto escuchó una voz.
-        ¿Se puede saber qué hace aquí una niña como tú? – dijo el oráculo.
-        Nada especial, llegue caminando. – contesto la niña.
-        Todos vienen aquí porque quieren una respuesta pero yo no puedo dártela – dijo medio gruñendo el oráculo – Nadie tiene tu respuesta si es que vienes a formular una pregunta.
-        Mi padre nos hizo daño, nos abandonó – dijo la niña.
-        Lo sé – dijo el oráculo. – pero yo no tengo ninguna respuesta a eso- volvió a repetir el oráculo con firmeza.
De pronto se hizo un silencio sepulcral. Seguido del silencio poco a poco lo que era una leve brisa se convirtiendo un fuerte viento que arrastraba las hojas del suelo y revolvía con fuerza el pelo de la niña. En ese momento una luz sale del pecho de Lunita. Una hilera de luz verde se desprende y proyecta su pecho justo frente a ella y va formando la luz una mujer con rasgos familiares y afines a Lunita. Ella misma se da cuenta de que se trata de una proyección de ella pero adulta.
Lunita la mira relajadamente, la observa y cierra los ojos y siente la brisa y de pronto se sucede un retroceso como una cámara rápida se tratase que la sitúa dentro del vientre de su madre. Se vio a si misma de pequeña correteando por la casa. Presenció todas las peleas que hubo entre su padre y su madre. Se vio a si misma escondida detrás de la puerta asustada. Aquella niña pequeña que no quería ir al colegio. Que no quería hablar con otros niños porque le asustaban. Recuerda a su padre un día que llega del colegio agitando bruscamente a su madre. Y de pronto se pone Luna adulta delante de él y le dice:
-        Papa, no hagas eso. Eres una mala persona. Quiero que te marches.… - Lunita abre los ojos y se ve ella misma de adulta…sujetando con firmeza el puño de su padre. - Vete de aquí. No te tengo miedo. Yo no soy una cobarde como tú. Deja en paz a mi madre…
El padre tiene intención de golpear a Luna pero esta se evapora en el aire. Él entre protestas coge el sombrero y se vuelve a mirar a la madre de Lunita que todavía está en cunclillas temblorosa al lado de la puerta y se gira sobre sus pies y se marcha. La escena desaparece. Luna adulta y lunita se que quedan abrazadas un buen rato.
-        Lunita cariño tienes que hablar. Tienes que cerrar la herida. Tienes que perdonar. Ves como no tienes que estar asustada. No te castigues, no te condenes….libera el dolor. Tienes que ser valiente….hay muchas buenas personas que merecen la pena que te escuchen hablar.
Entonces Lunita articula un “gracias” en voz alta con lentitud, entre sollozos y con la respiración entre cortada.
Luna adulta sonríe mientras que su luz se une en un solo rayo de color verde que sube con intensidad hacia el cielo.
Lunita queda allí sentada repasando mentalmente lo sucedido. Observando cómo se siente y al ponerse de pie está ligera como si se hubiera liberado de una carga.
CHAPTER 6
A la mañana siguiente Lunita se despertó en su cama como siempre. El día era soleado. Se sentía llena de vitalidad. Se cruzó con su madre por el pasillo. Corrió al desván cogió sus pinturas y su blog….
Y pinto en colores un “Buenos días mama” – mientras Lunita lo dijo en voz alta.
La madre llorando de alegría abrazó a su hija.
Aquella niña había sido capaz de coger al mayor enemigo que en realidad residía dentro de ella, que era su miedo y su dolor y perdonarlo y transformarlo...
Desde entonces aquel jardín estuvo siempre lleno de amigos.




martes, 9 de agosto de 2016

El nacimiento de Luna (año 4050)




La luna viene en camino. La madre sostiene el dolor en un puño y la mirada puesta en el cielo. Tejiendo deseos entre las estrellas. Y en su interior toda la belleza.
Lunita abre los ojos. En el interior de su madre flota la ingravidez de todo su mundo. Flotando en su universo. Su corazón conecta con el exterior.
La madre gira. Da vueltas por el espacio. Hay un baile perfecto entre el exterior y el interior. Sus pequeñas células están formando vida. La sangre corre por sus venas. La madre siente vértigo. Amor y presagio de dos vidas consecutivas. Contracciones intensas. La madre dilata. Lunita asoma su cabecita. Poco a poco va saliendo su cuerpo escurridizo desde el útero de su madre. Cómo un estallido sale al mundo. La placenta va disolviéndose en el universo. Lunita queda unida a su madre por el cordón umbilical. Las dos siguen girando en el universo. La misma madre corta el lazo de unión con sus manos. De pronto la madre observa con ternura cuál es el amor de su vida…aquella inmensa consecución de ella misma…

Dar vida…lo más bonito del universo…

miércoles, 20 de julio de 2016

Oración Irlandesa



Que el camino salga a tu encuentro. 
Que el viento siempre esté detrás de ti 
y la lluvia caiga suave sobre tus campos. 
Y hasta que nos volvamos a encontrar, 
que Dios te sostenga 
en la palma de Su mano. 

Que vivas por el tiempo que tú quieras, 
y que siempre quieras vivir plenamente. 

Recuerda siempre olvidar 
las cosas que te entristecieron. 
Pero nunca te olvides de recordar 
las cosas que te alegraron. 

Recuerda siempre olvidar 
a los amigos que resultaron falsos. 
Pero nunca olvides recordar 
a aquellos que permanecieron contigo. 

Recuerda siempre olvidar 
los problemas que ya pasaron. 
Pero nunca olvides recordar 
las bendiciones de cada día. 

Que el día más triste de tu futuro 
no sea peor que el día 
más feliz de tu pasado.


Que nunca se te venga el techo encima 
y que los amigos reunidos debajo de él, nunca se vayan. 

Que siempre tengas palabras cálidas 
en un frío anochecer, 
una luna llena en una noche oscura, 
y que el camino siempre 
se abra a tu puerta. 

Que vivas cien años, 
con un año extra para arrepentirte
Que el Señor te guarde en Su mano, 
y nunca apriete mucho tu puño. 

Que tus vecinos te respeten, 
los problemas te abandonen, 
los ángeles te protejan, 
y que el cielo te acoja. 
Que la fortuna de las colinas 
Irlandesas te abracen.

miércoles, 15 de junio de 2016

SOL Y LUNA





Esa noche volvieron a encontrarse en sueños, en medio de la noche Luna echaba mucho de menos a Sol,  a su amor. A veces se despertaba sudando y gritando su nombre.
De pronto se despertó y se dio cuenta que algo extraño le pasaba.
Sentía frío y miedo en la oscuridad.
Fue despertando de aquel sueño profundo que parecía que la tenía atrapada…
Y trató de verse a sí misma y no se encontraba…no se reconocía…
Algo muy raro la estaba pasando. Movió los brazos y entonces observó que lo que movía eran unas enormes ramas. Las ramas con sus hojas agitándose y haciendo unos sonidos hermosos pero un poco tenebrosos en la noche.
No podía caminar las raíces la sujetaban al suelo. Entonces oh…cielos! No podría creer lo que la estaba pasando…. se había convertido en UN ÁRBOL!!!!
La entro un miedo aterrador de pensar que nunca podría volver a recobrar su forma humana. No entendía que hacía ahí. Podía observar y sentir la brisa en sus ramas. Estaba al borde de un acantilado. También oía el sonido del mar…
Enfrente de ella había otro árbol y un pájaro planeaba alrededor. Que de pronto se posó en una de sus ramas.

-          Hola Luna – le dijo el pájaro.
-     Hola. ¡Puedo hablar! – exclamó Luna– Y, ¿cómo sabes mi nombre? Mira tengo miedo yo soy un humano. - Estaba soñando, estaba en mi cama. No sé qué hago en este lugar.
-        Has venido a reunirte con alguien a quien echas de menos hace mucho. Que llamas todas las noches    en sueños…– dijo el pájaro.
-         No te entiendo –dijo Luna.

Pero para entonces el pájaro había desplegado las alas y estaba emprendiendo el vuelo.
Al poco tiempo había  anochecido del todo y a Luna le volvió a invadir el frío y el miedo.

-      ¡No sé qué demonios hago aquí y porque soy un árbol! -  exclamo ella en voz alta.
-       Yo sí lo sé - dijo una voz masculina muy familiar y cercana - has venido a despedirte.

De pronto un escalofrío le recorrió el cuerpo. Era la voz de Sol, de su amor.

-       ¡Dios mio! Llevo tiempo queriendo hablar contigo – dijo Luna.
-        Lo sé – dijo Sol.
-      Te echo mucho de menos…Te acuerdas que te dije que te iba a querer siempre. Que no podría vivir sin ti…pues así es. Desde que no estás conmigo no he vuelto a ser feliz mi amor… - dijo Luna.
-       También lo sé…y sé que necesitas despedirte de mí. Tienes que dejarme marchar, cariño y ser feliz – dijo Sol.
-         Pero yo no te puedo dejar marchar yo te quiero mucho mi amor. Te siento conmigo  – dijo Luna.
-         Ya pero yo quiero que seas feliz mi Lunita – dijo Sol.

Entonces las ramas de Luna empezaron a brotar con fuerza. Una fuerza de la naturaleza crecía dentro de ella. Las ramas de los dos árboles crecían de tamaño se entrelazaban. Se anudaban como si fueran una sola. El viento los mecía juntos. Se sentía el olor de la brisa del mar, el olor de la esencia de sus hojas…estaban anudadas sus ramas y sus hojas. Entonces Luna sintió cambios otra vez…
Sus ramas parecían estallar…donde antes era una una rama crecía un brazo, luego la mano, poco a poco las raíces salieron de la tierra y se transformaban en los pies… las piernas. Tocó con la mano su cara y todavía notaba el tacto a corteza. También tocó sus pestañas que eran pétalos de flor…pero sabía que ya estaba recobrando del todo su forma original.
Y de pronto sintió que se quedaba abrazada a él. Pegada de pie aquel árbol sin soltarlo. Que era él... su amor. Y oyó de nuevo su voz. Ahora más lejana…

-        Cariño, tienes que ser feliz… tienes que volver a ser tú misma. Ahora ya me debes dejar ir… - dijo Sol.
-          Adiós mi amor siempre estarás conmigo. – dijo Luna.

Entonces empezó a notar que el árbol perdía consistencia se escurría entre sus brazos, se transformaba en arena que iba cayendo e iba formando un montón en el suelo.  Ella cerraba los brazos tratando de sujetarlo pero iba cayendo se iba escurriendo…hasta que el árbol desapareció por completo.
Finalmente Luna suspiró profundamente poniéndose la mano sobre el pecho y mirando hacia al mar. Dónde él había fallecido hace un año y medio. Donde días después todos le contaron lo de su accidente.

Allí estaba ella… viendo un nuevo amanecer…


                                                                                 FIN


jueves, 14 de abril de 2016

OTROS MARES





Ya pasé cien años a la deriva en la barca de Caronte
Y bajé a las profundidades de tu mente
Buscando en el fondo la llave para abrir la puerta
Para soltar el último cabo que a ti me ataba
Antes de tragar la piedra de la garganta,
y clavar mis uñas en mi pecho,
solté mi último aliento todavía con vida…
Para dejarme de nuevo a la deriva…

En otros mares…en otras vidas…
                                                                    Esther Fernández